lunes, 27 de octubre de 2008

dios necesita un nuevo nombre

LA CHICA ORIGAMI

- mmm… por qué te golpearon ahora?- pregunta algo enfadada, no mucho , se le hace natural verle con el rostro hinchado.

- Ah…, pues…, por un origami- y sólo movió la cabeza para luchar con el viento q levantaba su cabello y dejaba ver q parte de la frente estaba rasmillada. Los lentes de carey anchos tapaban la hinchazón q rodeaba a un ojo.

La tarde terminaba y hacia de sus cabellos negros, individuales a razón del viento, claros por un sol que veían morir cada vez que salían dejando de textear por la net para contemplar algo de esa insípida realidad, pareciéndoles de lo más maravilloso.

El seguía en silencio. Ella también.

Pegada su espalda sobre mimbre sintética miraba el sol directamente, el viento había desaparecido y ella veía que el cabello le cubría mitad del rostro y el resplandor de una de las lunas de los lentes. Lo vidriosos de sus ojos cristalizaban la escena en un reflejo q se iba romper en cualquier momento, pero ella no lo iba permitir. No.

- Origami¡¡¡… habla o te pateare el culo¡

- Aun me duele, no lo hagas- tomo el encendedor del bolsillo de la camisa de ella y prendió un cigarrillo tranquilamente.

El humo desapareció lentamente aunque estaban en la azotea y ella pensó en Marla Singer. El parecía una Marla varonil, algo, un objeto andrógino. Un chico triste-delicado, una chica alegre-ruda.

- Una chica me regalo un origami.

- Origami?

- Un ángel o especie de hombre águila que hizo del papel plateado de la cajetilla de cigarros.

Había oscurecido y el reflejo del sol en los ojos y en las lunas habían desaparecido para definir puntos aciagos en la maravilla comenzando la oscuridad.

- Y?

- Seguí tomando y ella se fue…Iban y venían, ya sabes como es eso.


- No, no lo sé- segura, no tomaba y no sabia porqué la trataba como si lo hiciera siempre.

- Pues, venían y se iban. Dormía por momentos y el ángel seguía parado, apoyado a un vaso q puse al medio de la mesa.

- Te caíste?, q tiene q ver con el origami?

- No, no me caí, espera… pues. En una de esas , alguien, un enano me pregunto q de quien era el ángel… y yo le dije q de mi novia… Pues había sido su novio y me dejo así.

Con la mano izquierda le saco el cabello q cubría mitad de la cara.

- Imbécil¡¡¡- Y le beso en la mejilla.

- …mmm…es cierto?

- No, me caí c o m p l e t a m e n t e ebrio.

Le miro con rabia y él reía y reía.

- Ahora si te voy a romper el culo¡¡- pero no aguanto y comenzó a reír y los dos reían,
reían y reían.





Tiempo después se pegaron un tiro.
Primero él, después ella.
Al atardecer, cuando/donde comienzan las cosas maravillosas.

sábado, 25 de octubre de 2008

dios necesita un nuevo nombre

Mínimo
Las cosas se componen de momento como se descomponen de momento, pero a veces el momento es largo… muy largo. Y los atardeceres ya no son como antes, ni como antes soy yo y pienso en lo q debería decir, pero sé que estoy solo por que así lo quiero estar y pienso en morir como si esto fuera un hecho y lo es, pero para mi no.

Jean viejo y zapatillas gastadas. Camina.

No, para mi no. Para mi no es la muerte, o mejor, para mi no es una muerte cojuda.

Camisa percudida y pañoleta amarrada al cuello. Sigue caminando.

Pienso que pienso, y cuando tengo ocasión digo lo q pienso; y quiero q me escuchen y deben de escucharme por que no les queda otra, además no parare hasta q termine lo q debo decir, es decir lo q deben escucharme.

Lentes oscuros, piel pálida, cabello revuelto.

Morir atropellado es para cojudos intrascendentes, no se lo deseo a nadie , pero mas aun no me lo deseo a mi, tal vez debería morir en un vuelo comercial hacia New York, pero no queda torres emblemáticas, entonces no me queda más q pensar en las torres Petronas, pero , pero seria una copia así que de q vale, ya tiene ©…

Tropieza con un estibador. El costal de azúcar cae sobre su cabeza.

Las cosas se descomponen, a veces mínimamente. Todo termina así.