lunes, 30 de abril de 2012

El Invitado

Rec era de los tipos que necesitaba compañía y no la encontraba, era de los tipos que la encontraba y sólo por amabilidad contestaba sus mensajes para decirle que en ese momento no tenia tiempo, que veía una película, que escribía, que pintaba, que dormía, pero nunca decía que no podía verla por el solo hecho de querer estar solo, porque mas daño le causaría saber que ha hecho daño. Otra vez solo, buscaría desesperado compañía que marque con su meo el territorio de él, para nuevamente comenzar el ciclo y que el meo de gato no lo desespere por mucho tiempo. Rec se la pasaba recordando estas desventuras cuando estaba solo, pero las recordaba de otra forma. Recordaba que él hizo todo lo posible por ellas y ellas nada por él. Las llamaba y no tenían tiempo, que veían una película, escribían, pintaban, dormían y Rec les preguntaba: “¿Con Quién?”. Ellas le cortaban y le llamaban cuando ya no dormían, ni pintaban, ni escribían, ni veían una película y Rec les preguntaba:” ¿Con quién?”. Dejaban de verlo por ese quien y así Rec se quedaba solo esperando llamadas y meos para decirles que estaba ocupado… Dicen que este mun… - Dicen que este mundo se acabara este año- se le vino a la cabeza y lo dijo, dejo de teclear y giro 180 grados la silla giratoria -¿Qué dices a eso?- miro a Male esperando su respuesta. Esta, estaba recostada en la cama utilizando de espaldar la pared y unos almohadones rosa. Miraba un show de amenidades y chismes del espectáculo, y no le había escuchado. Sentado en la silla El seguía viéndola tratando de ver más allá de lo aparente, es decir preguntarse por qué se acostaba con ella, sí ya no le gustaba en lo más mínimo, acostarse con Male era un día más sin acostarse con Ella, y racionalización esa, hacia que lo que tenia con Male se volviera odio y hartazgo. - ¿Que me miras? Sin pensarlo la mirada que a un pretendía estar en la cara de Male, había bajado hasta el vientre de ella. Male permanecía con un polo de él tapando su torso, pero sin nada debajo ni nada abajo y con las piernas cerradas. - ¿Odias esto?- aunque lo preguntaba se escuchaba más como una increpación y abrió las piernas como si cayeran después de tensionarlas por muchos minutos. Y como respondiendo a su odio y no a la pregunta sobre el futuro del mundo, siguió– no, el mundo no se acabara. El no pudo resistir y ya estaba ahí en ese mundo inacabado. El no se dio cuenta, pero a Male se le salió algunas lagrimas, y aunque hubiera sido así –el darse cuenata-, a él no le hubiera importado, así como no le importaba en ese momento que ese año se acabaría el mundo, solo quería hundir su odio. - Basura- le dijo Male a modo de susurro erotizante –se que piensas en Ella. Levanto la cabeza y pensó que desde ahí abajo no podría pensar en Ella. - Si quieres lo puedo hacer. - Si hazlo, quiero saber cuánto la quieres. Comenzó a mordisquearle débilmente los labios, curándolos con su lengua. Bajo al perineo, pronunciando más sus mordidas, llegando a su excavación, solo los costados eran mordisqueados y separados por sus manos llego con su lengua a rozar delicadamente el ano de Male. Separo aun más las nalgas, esta vez con ayuda de Male que había pasado sus brazos detrás de la espalda. El ano comenzó a humedecerse con el líquido que venia de la vulva de Male y la saliva de El. Volvió al perineo, dejando el anular y el índice separando los pliegues del ano para legar al recto. Lamio los labios uno por uno y se introdujo a la entrada de la vagina, alejo su cabeza y con la mano izquierda separo los labios para encontrar el clítoris. La miro a Ella y encontró a Male. Male lloraba. - ¿Sigo?- pregunto jadeante. Sabiendo que proseguía, Male con el rostro completamente congestionado de sangre grito: ¡Mierda sigue! El mordió. Volvió a la maquina cuando estaba dormida. Desnudo se sentó frente a la pantalla y recordó a Peinado de monja, una vez su mejor amigo y con cuya novia se había iniciado sexualmente. Vio el reflejo de su rostro en la pantalla y relamió los labios. ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! Le gritaban, desde el frente. Para alcanzarlo y patearles en la cara debería cruzar la doble vía y en el intento no ser atropellado. Pero tampoco lo iba a hacer, apenas lo pensaba y se reía, reía de pena. No tenia orejas y apenas escuchaba lo que le gritaban, aunque no era necesario suponer que le decían, imaginaba que algún día les patearía las orejas. El cabello le tapaba los apéndices minúsculos que una vez figuraron como lóbulos y ahora solo eran meros renacuajos en una cara de príncipe. Era el niño más guapo que había visto Rec, cuando aun no se llamaba Rec. Rec, a lo lejos, gritaba a esa cara bella con cerquillo y el cabello largo que tapaba esos muñones a los que dejaban descubiertos cada vez que podían sus compañeros. Eran niños, como suelen decir. Y esos niños se subieron al bus junto con Rec que no paraba de reírse. Se sentó alejado de sus compañeros porque era el único asiento vacío que quedaba, cerca a la puerta trasera. Empezó a llover y mientras más le acercaba a casa, la lluvia se ponía mucho más fuerte. “abrieron las puertas del cielo”. - Papi, papi; ¿por qué Diosito no castiga?- dijo un niño enclenque sentado en la rodilla de un tipo mayor de cabello cano y gesto protector, ocultando la cara contra el pecho de ese tipo con cara y actitud de padre. Rec miró como el niño se hundía en semejante drama y como su único dios lo protegía con un fuerte abrazo. Pensó y comenzó a ahogarse en una idiota reflexión: “por qué lo castigas”. La lluvia se calmo y Dios dejo de castigar al niño y su dios con cara y actitud de padre dejo de abrazarlo. Seguía pensando en el castigo cuando llego a casa. Saludo a mamá con un beso en la boca y se fue a su cuarto a cambiarse de ropas para almorzar y el castigo estaba con él.”Dios por qué lo castigas”. Se sentó en su cama y se vio en el reflejo del espejo de su ropero, se quedo mirándose por varios minutos hasta escucho que su madre le llamaba para almorzar. No contesto y pregunto al reflejo del espejo de su ropero: ¿Dios por qué no me castigas? Cuando bajo sin cambiarse de ropas, cuando se opuso a cambiarse, cuando se quedo ahí parado sin hacer nada, dios le castigo por primera vez. Dios no castiga, los que castigan son lo padres, se dijo Male cuando leyó lo que tenia al frente. La computadora estaba prendida, con el programa Word abierto y El no parecía estar en el departamento. Despertó adolorida y gustosa de haber sido Ella. Cierta ilusión salía por sus poros afiebrada por la inflamación de la herida y quería verlo a El, entregarse nuevamente y decirle que sí se acabaría el mundo, aunque no pudiera caminar en días quedaba mucho para que terminara el año en que terminaría el mundo. Despertó enamorada. Era algo que quería hacer y debía hacer hace mucho tiempo, se dijo tumbada aun en la cama con las piernas abiertas y el polo subido hasta la altura de las axilas. Era un polo de Black Sabat de El, aunque a él nunca le había gustado el metal lo tenia, como que antes tenia el cabello largo así de por si. Estaba enamorada y no era ella. Se levanto soportando el dolor, sintiendo la sangre coagulada crujir. No había nadie más que su amor. El polo cayó por inercia tapando sus pechos anchos y de pronunciados pezones. Miro alrededor como sí El estuviera escondido pero era un acto inconsciente, como cuando vibra el teléfono y esperas que sea ella. Se sintió tonta al ser consciente de esto. - Soy tonta o qué- y se sintió aun más tonta cuando dijo esto. Fue al baño para lavarse la herida y con la esperanza de encontrarlo ahí y que El la lave, pero antes de abrir la puerta desecho la idea de encontrarlo porque sabia que esta no era una tonta historia de amor. Y seguía y seguía, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué. - ¡No lo soy!- grito, pero él no le escucho, no estaba ahí, y el gritar le confirmo. Se acerco a la computadora, minimizo el Word y busco party girl de chinawoman en su reproductor y bailo chorreándole agua aun por las piernas, paro a la mitad se sentó en la silla giratoria y pensó en abrir su facebook, pero, aunque nunca le dio por leer lo que escribía él, ni nadie de este mundo, maximizo el Word. Qué se podía hacer, estaba enamorada y estas cosas hacemos cuando estamos enamorados. Termino de leer. Party girl de Chinawoman había terminado hace rato. - Dios no castiga, los que castigan son lo padres- dijo. Lloró. Su madre le dijo que le cuidara pero no sabía que eso implicaba limpiarle de sus excrementos. Se puso A God in an Alcove de Bauhaus y siguió llorando. Y canto en español … Él es un Dios en un rincón… tarareo, no sabia más de la letra y lloro. Le dijo que le cuidara y lo que hizo era solo verle, porque no podía quitar de su vista el primer órgano masculino que veía y era de su padre parapléjico. No le quito, permanecía en su cabeza y permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía. Permanecía. - Soy tonta o qué. Meses después, como producto de la terapia encargada por su madre, y oficiada por Male cuando nadie le llamaba Male, el padre mejoro. La terapia derivaba de un cierto abandono marital y la concienzuda limpieza de una púber con sueños ilusos latentes de Lolita, frustrados por el encierro. Las tareas del hogar después del colegio. Aun a la salida del colegio Male soñaba con esos hombres mayores que recogían a sus propias compañeras y a otras alumnas del colegio. Había prometido, para sus adentros, el pene de un tipo muy disponible al cariño de su hija que cursaba el mismo año que ella, pero no en la misma aula. No odiaba a su compañera, no amaba al padre de ella, admiraba lo disponible que era al cariño. Se lo haría fácil, pero una vez que lo tuviera “comiendo de su mano”, seria cruel con él. Eso es lo que merecían los hombres, pensaba. Terapia de familia, cada uno se cura.

martes, 17 de abril de 2012

Victor Figueroa.

CONVERSANDO CON RATONES.

Se preocupan demasiado y con razón,tropiezan entre ellos,huyendo a prisa de ti o del bigotón.

Es la rutina callada que me contó un ratón,la que me dejó pensando una noche de ron sin corazón.

Las mujeres los desprecian,vayan donde vayan no habrá ni un solo de compasión.

Para mi derrochan simpatía,para ellas no,será que ninguno de estos se parece a Micky mouse,creo que no.

Yo los miro con quietud,ninguno se espanta de mi.y entre su multitud soy uno más que hoy descanza de huir.

hoy brindo con roedores olvidándo cien amores,pues conversando con ratones comprendo bien de temores.

comparto migajas de lo que sea con ustédes fugitivos de vestimenta tristona.No guardo nada para las mañanas del mañana,en los parques donde los tranquilos alimentan a palomas.

¿Quién salvará a las ratas? me pregunté,si la supervivencia es ocupación de alcantarillas y oficinas ¿quién?

No se vuelve para atrás si uno de sus amigos fatíga en una trampa,solo corre más y más por su vida ,que respira en desventaja

Y tu que miras aqui abajo en tu encuentro próximo con un ratón,tarda un poco y míralo con atención,que en su huida velóz habrá otro dia quizas donde el quieto y tu revuelto,conversen de preocupación.

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