Para Ele
A esta hora de la madrugada todo se torna azul y el naranja se aproxima en el horizonte como una enorme bola de fuego, a esta hora todo el azul del cielo se convierte en mariposas que regresan a tu rostro y cuando sonríes las mariposas abren sus alas y otra vez el mundo se vuelve azul y yo cursi hasta los huesos.
Yo soy un pterodáctilo naranja salmón que no vuela en la densidad de tu cielo, soy un monstruo que se esconde en el interior del pterodáctilo y con la simbiosis nos consumimos a pedazos y lentamente.
Una vez rompiste el hielo en la que vivíamos el monstruo y yo-pterodáctilo, pero pasó tanto tiempo que olvidamos de como volar, cortamos nuestras alas, nuestras patas y volvimos a ser un huevo.
Estos días son los mismos, el tiempo es un árbol de otoño con sus ramas que se extienden en horas, minutos, segundos, pero la edad no me deja crecer; las hojas también son azules y caen con las posibilidades, es decir con lo que pudo haber sido y no fue.
A veces un golpe de nostalgia descansa la mente de la voracidad del insomnio, pero la noche es dura y es inútil el combate.
Azul, lila, morado, violeta, así hueles y así cargas la ausencia de quién te quiere.
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