EL PANETON DE C
C no quiere q hable de su panetón, pero me siento culpable si no lo hago.
Desperté esta mañana y pensé en ella, pero al momento el dolor q venia de mi cabeza hizo q ya no pensara en ella y sólo vino una pregunta:¿cómo había llegado a casa?
C es una chica q no puede terminar con su enamorado. Supongo q es una de las razones porq me gusta, yo tampoco puedo terminar con mi enamorada, aunque no la tenga.
C le devuelve de a pocos las cosas a su enamorado cada vez q termina “en serio”, pero sólo es un pretexto, diría un muy buen pretexto, para fumarse un porrito en el camino. Su enamorado vive cerca, a un par de cuadras de su casa, es por eso q también no le deja, siempre la espera cuando va de camino a la universidad.
Ayer me asaltaron. Nos asaltaron. Se levaron el poco dinero q tenia y el celular, q para variar no me duro más de una semana. Y cuando digo nos asaltaron, no digo a C y a mí, C no sale conmigo, C sale con su enamorado y no sé con quienes más, tal vez sólo sale a fumar un tronchito de camino a casa de su enamorado y a la universidad, aunque es poco probable me gusta pensar eso.
Nos asaltaron a dos amigos y a mí, y nos golpearon, por eso me duele la cabeza y en mi oído hay rastros de sangre, eso me preocupa, pero supongo q para mañana ya lo habré olvidado. Después del asalto fuimos a la casa de E y seguimos bebiendo, será por eso q no recuerdo como llegue a casa.
Resulta q de puro amargo esta mañana me fui a comprar un cel nuevo y para sorpresa me ofrecían un panetón o una pelota de regalo. Difícil elección para un resaqueado. Tanto q me parecían lo mismo. La vendedora me miraba con esa cara amable q todas tienen, pero sabia q dentro pensaba lo estúpido q era al no poder elegir, el panetón se come, con la pelota se juega, invítame a salir… no, no le invitaría, no era porq estaba fea, era más bien q tenia un asunto más importante: ¿la pelota o el panetón?
- Dame el pane…, no, no –y me miro con esa cara q me decía: no saldría con un tipo tan estúpido- mejor dame la pelota.
Y así pues, salí a la calle con mi pelota y una bolsa en las manos y sin un centavo para el taxi. Sol-luz-calor-sudor-pelota-bolsa, eso no se le hace a un resaqueado.
Al llegar encontré a C conectada y le conté. “A mi me gusta el panetón, me lo hubieras regalado”,me dijo, entonces le prometí, por mi falta de tino, regalarle un panetón ya q se acerca las navidades, y ya q una cosa lleva a otra, nos pusimos a textear por horas de “su” panetón, si de ese, del q no se come, bueno también se “come”.
Bueno ahora debo comprar un panetón y tal vez C me deje probar el suyo.
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1 comentario:
no comentaré nada... aunque debo decir que tuve el mismo dilema... al final me lleve la pelota para jugar, mirarla o dejarla en mi cama... el panetón me lo como y punto, pero la pelotita esta siempre allí, aunque no recuerde que esta ahí
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