martes, 25 de diciembre de 2007

"cualquier nombre" o Penny Jane

INFIDELIDAD

Yo incendié todo traste que hicimos cuando no teníamos nada que hacer, más que ocultarnos debajo de las sábanas y hacernos amor. Yo llegué demasiado alto, y a pesar de todo nunca toque ni un poquito de los pies de Plutón, llegué tan alto que cuando quise llamarte desde ahí nunca me oíste, y yo creía que sí.

Yo invente alguien como tú, para que cuando tú estés en clases, lejos de mí, yo te tenga sentado a lado, mirando todo lo que hiciera, podía hacer que toques para mí una de esas canciones que nunca quisiste, podía besarte y luego decirte que te odio, podía jugar contigo a enamorarnos por enésima vez cuando tu no querías hacerlo, y podía extrañarte tanto como tú a mí…todo eso con mi gran invento.

Luego todo sonó feo, las veces que sonaba, claro, tú estabas por ahí, y yo acá, con mi invento, volviendo a hacer las cosas que hacíamos cuando no había inventado nada aún, porque tú estabas siempre sobre mi cabeza, y creí que siempre sería así, y todo otra vez, otra vez quería destruir el sol al cerrar los ojos, quería desaparecer con él de la mano, quería asfixiar al tiempo para que dejé de golpear la puerta de mi habitación cuando estaba con él… era como era contigo, pero ahora era con mi invento.

Hasta le puse un buen nombre como el tuyo, hice que le gustarán las cosas que a ti, la música que a ti, la manera de decir –te amo- como tú me lo decías, la forma en que me mirabas queriendo exprimirme, como me sonreías, él hacía todo eso, como tú cuando nos necesitábamos siempre.

Pero la idea no te gusto nada cuando “volviste”, me odiaste con todo tu amor, tu pecho quería explotar en mi cara, querías que me caiga un pedazo del cielo que mirábamos y pierda la memoria, me querías demasiado lejos…y yo, sin saber que hacer más que abrazarte y cerrar los ojos, deseando que esta vez sí funcione y desaparezcamos juntos, y al abrirlos estemos en Plutón, con la felicidad entre nuestros labios, pero cuando te miraba a los ojos, sentía como si la luz se incrustará en mi estómago, atravesándome como espadas. Fue el día más horrible de nuestras vidas.

Pero tampoco podía destruir mi invento, no era fácil y no quería hacerlo, quería guardarlo debajo de mi almohada para que cuando te vayas, muy muy lejos, mi invento pueda decirme que todo estaría bien, y decirme, como tú lo harías, que me ama.

Y es que no soy la chica que siempre soñaste, no debiste enamorarte de mí, sabías que todo esto pasaría, que trataría de matarte en cualquier momento, pero en realidad sólo quería que te mueras a mi lado y conmigo, no lejos, nunca quise que me dejaras.

Supongo que ahora será “try try try” de Smashing Pumpknins y procurar creerme la canción sin esa adicción de querer liberar endorfinas para verme al espejo peor que nunca. Tomaré la última pastilla, le diré a mi invento lo que siempre le dije, y a ti lo que nunca te dije. Y para el 17 ya habré desaparecido.

Hasta siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo sentia eso por mucho tiempo,con"el"siempre inventaba a alguien que lo remplazara para no estar tan sola.
ahora estar sola,ya no me preocupa ya no me molesta,,le perdi el miedo..tanto,que inclusive la extraño cuando no la tengo

Anónimo dijo...

creo que el anterior comentario deberia ser publicado. en serio. muy pocas cosas me hacen emocionar.