martes, 12 de febrero de 2008

WILLNI

A cerca de un baño

El baño de mi dentista. El inodoro crema de mi dentista. El tacho de basura. Los papeles con sangre ¿Será que todos los dientes extraídos terminan ahí? Me imagino a su esposa, dentista también, limpiándose después de orinar. Supongo que para una mujer madura su periodo ya no es nada nuevo. Miro su ducha. No tiene cortinas y es muy grande. ¿Cómo se verá el doctor bañándose? Lo veo ahí, encorvado por el choque del agua helada. Los pelos de su pecho, los de su espalda. Su cabello caído, el sumidero atorado. Ahora está su esposa pasando el jabón por sus caídos pechos. Ahora su hija echando champú a su recientemente encrespado pubis. Voy al lavatorio. Me lavaré los dientes antes de la cita así que saco el cepillo y la pasta dental de mi bolsillo. Cumplo los pasos que me enseño mi madre: Mojar antes el cepillo, apretar el dentífrico desde el final, etc. Levanto la cabeza. No hay espejo. Es extraño que no haya; pues, ¿qué es lo primero que quiere un joven con frenillos o con un diente menos? No es, acaso, verse; comprobar el nuevo yo; digerirlo.Bueno, tal vez le cueste al doctor ver al mismo hombre todas las mañanas, quizás no le guste, posiblemente lo odie. Hay algo sucio en este lavado dental. Enjuago mi boca pensando en qué puede ser aquello tan desagradable cuando descubro que he traído el cepillo equivocado. Traje el cepillo amarillo. Mi viejo cepillo amarillo. El que usé para limpiar el semen de la pared de mi biblioteca la anterior noche después de masturbarme. Después de que el chorro de caliente esperma manchara violentamente el muro. Ya es muy tarde para cualquier reacción. Simplemente, intento limpiar las cerdas usando agua y mis manos. Después, continúo fregando.


No puedo creer lo tonto que me estoy volviendo. Siempre olvidando las cosas, confundiéndolas, ignorándolas. Al principio me prometieron muchas cosas. Revelaciones, luminosidad, diversión. Pero como sucede en todos los casos, llega la noche y las promesas mueren.

Sé que soy inútil. Sé que jamás podré crear algo de la nada. Generalmente la nada lo empaqueta todo de esta manera uno puede sentir al silencio cerrar todas las bocas de un estadio o sentirse solo un sábado en la mejor discoteca de la ciudad, inclusive con la mujer que amas al lado tuyo.
Está bien. Mi todo se hunde. La nada se lo come. Y yo sigo girando, persiguiendo luces hasta despertar entre sombras. El día siguiente. Siempre hay un día siguiente para el arrepentimiento. Es por eso que creo que morir es vivir una noche eterna. Despertar con ella en la cama. Despertar con ellas en la cama. Despertar sólo. No despertar. Perdí todo control sobre mi cuerpo. Durante muchos días mi cuerpo se movió sin avisarme.

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