CONFESIONES DESDE EL INFIERNO
Por si no lo saben, ineptos que pueblan las afueras de este inmaculado recinto: vivir no es otra cosa que follar. Observar las curvas de los demás con hondo celo detectivesco, estudiar sus efluvios con avidez hasta arañar esa angustia que precede al pánico de saberse ante un culo virginal (o que, por ímpetu o descuido iniciales, amaga serlo)...
miércoles, 4 de junio de 2008
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