lunes, 22 de octubre de 2007

WILLNI


El pasado sábado 28, en un concierto de rock radical, Daniel Iwasaki, bajista, compositor y líder de la agrupación “67”, se suicidó frente a 200 personas en una de las performances más aterradoras de la historia. Síganos durante este esclarecedor reportaje, si desea saber la verdad sobre esta pobre alma confundida.
Víctima (la imagen de un joven pálido, tanto cabello que es imposible ver los ojos)

El típico concierto de rock, jóvenes antisistema, borrachos, niñas malas, y mucho contacto físico (un obeso notablemente ebrio abrazando a otro flaco el cual tiene a una bella rubia de la cintura y gritan alguna grosería al unísono)
Después de la intervención cuatro agrupaciones musicales la principiante banda “67” subió a escena. Emparentados nítidamente con los previos The velvet underground, Joy Division, Sonic Youth, tocaban una especie de indie muy depresivo con algunos toques muy fuertes por momentos. Todo parecía ir corrientemente, pero en su última canción, que había sido grabada por petición del propio Iwasaki en una precaria cámara celular, el misterioso bajista se acercó al micro (todo es movedizo, algunos gritos distorsionados hasta que la cámara se estabiliza y podemos verlo acercándose al micro, dice algo indescifrable y aparece en subtítulos: ¡Miéntete, miéntete, siempre! ¡Esta es una nueva canción llamada Tanatocracia!) Para muchos fue la primera vez que oían su voz.

-…Sí, era un ser antisocial extremo, intratable.
Muchas veces intenté conversar con él, pero parecía que sólo podía pronunciar
monosílabos…
Jasón Guerra,
vocalista
(Delgado, parecido a Roberto Smith en sus peores épocas o a una serpiente mal maquillada)

Después de los cinco minutos que duró esa canción, en la parte final cuando se escuchaba una serie de ruidos producidos por una guitarra totalmente distorsionada, el bajo dejó de tocar. Daniel sacó una pistola Colt 45 automática, miró perplejo al público, y como dándose valor cerró los ojos, entonces, se oyó el disparo. Su cuerpo caía inerte y el público creyendo que era algo planeado y, por ende, ficticio; aplaudió con fervor el hecho. Cesó la música, Marcelo Hurtado, el guitarrista, había roto la tercera cuerda y el bajista no se paraba.
Jasón Guerra, vocalista, se acercó al caído para ver qué pasaba. Asombrado llamó al personal del concierto. El público pudo observar cómo sacaban al cadáver de Iwasaki. La perplejidad viciaba el aire.

(Imágenes en la misma baja calidad, lo descrito. Una perdida voz de mujer pregunta: ¡Qué pasa, qué está pasando! Otra: Se ha desmayado. Otra: ¡Se ha matado, se ha matado!)

-Cuándo me acerqué lo que le dije fue: ¡Ya Daniel levántate, ¿estas bien?! Pero no respondía. Luego vi la sangre saliendo de su oreja, Mierda, me dije y llamé a los organizadores para que me ayuden a sacarlo.

Jasón Guerra,
vocalista

-No sabía lo que estaba sucediendo. Sabía que era medio loco… en su vida y en las presentaciones. Muchas veces se había tirado al piso fingiendo tener epilepsia, así que no me preocupé. Sólo me paré y me fui. Jasón luego me dijo: Está muerto, me dijo. “¿Esta muerto?” “¿cómo?” No lo entendía.

Nitay Valdivia,baterista
(Joven, sus ojos rasgados y algo de bello facial demostraban su ascendencia mongólica, un chico de su casa)

Cuando la ambulancia y la policía llegaban a escena, ya era más de las dos de la madrugada. Daniel Iwasaki se había suicidado de un disparo en el parietal, tenía 20 años, era estudiante universitario. Llevaba puesta una peluca, su cráneo estaba completamente rapado.

Al día siguiente titulares como: “Rock lo mató”, “Rokerito se suicida” o “Víctima de las circunstancias”, muy apropiado dado la inmensa crisis social del país. ¿Qué es lo que pasa con nuestra juventud? Huelgas laborales y universitarias (un grupo de personas pelando a palos con dos efectivos policiales) la aparición de nuevas drogas baratas, como “Jade”, una grajea verde más toxica que la heroína o el pbc (Una mano de varón blanco en fondo negro con unas pastillitas diminutas en el centro de su palma, Un grupillo de cinco jóvenes en alguna plaza, algunas botellas, la noche) Y el crítico abismo generacional que imposibilita la comunicación familiar (un par de niños con los cabellos parados y de colores corretean por una calle céntrica, a su alrededor: Adultos enternados, viejos con bastones, mujeres con carteras) son las causantes de esta caótica juventud nihilista y rebelde.

Fuimos al domicilio de Daniel, sólo encontramos colegas nuestros. La casa estaba deshabitada. La policía, después del allanar el lugar dio un drástico vuelco a este caso. Encontró los restos de un crimen monstruoso. El cadáver de Yamato Iwasaki, japonés de nacimiento, que radicaba en Perú y padre de Daniel Iwasaki, estaba enterrado en el jardín. Había sido asesinado por la misma pistola que su hijo usó para quitarse la vida. Daniel había matado a su padre y sea había matado, después, afligido por un intenso sentimiento de culpa o por evitar la responsabilidad de su delito o por las dos.

Ni los vecinos pudieron darnos pistas (un par de ancianas dan sus declaraciones: “Era gente misteriosa, apática”, “Nunca vimos a la madre, creo que no vivía con ellos”) Su madre, Marta Espinosa, peruana, había muerto hace diez años, aniquilada por un cáncer al útero, dejando a su hijo sólo con un padre que apenas sabía hablar español. Algunos vecinos, incluso, se sorprendieron cuando se enteraron que el músico suicida de los periódicos vivía frente a ellos.
¿Por qué un joven asesinaría a su padre? ¿Qué es lo que sucedió un día antes del funesto concierto? ¿Qué pasó el viernes 27? (la foto de Iwasaki como sello de agua en segundo plano; en primer plano: la precaria grabación del concierto) La respuesta apareció en la habitación del muchacho (una habitación desordenada, algunos posters: Pink Floyd, Jim Morrison, etc. Libros en una repisa, discos por todo sitio) La policía encontró un cassette/demo con algunas canciones grabadas y, sobretodo, con la confesión del propio Daniel relatando los hechos.
“…se enteró que dejé de ir a la universidad desde hace dos meses y enfurecido rebuscó todo mi cuarto y ¡bingo! Encontró lo que quería. Encontró mis “joyas”. No era la primera vez, y eso, más lo de la U, lo enfureció…”

Voz de Daniel Iwasaki
(la imagen de un cassette detrás de los subtítulos y su fotografía tamaño carnet en la lado inferior derecho)

La Licenciada Irma del Carpio, profesora de Literatura Latinoamericana. Curso en el que Iwasaki se mostraba brillante llamó al padre.

-Señor, le dije, ¿qué es lo que pasa con Daniel? hace dos meses que no lo veo por aquí. Ya no seguirá la carrera, ¿qué está haciendo ahora? Y cosas de ese estilo. Cuando él me preguntó, ¿no va?, entonces mi di cuenta. Sabía que Daniel era flojo, pero nunca pensé en la posibilidad de que se estuviera tirando la pera. ¡Era tan bueno en mis clases! Y además teníamos mucha confianza. Éramos amigos…

Irma del Carpio,
Licenciada en Literatura
(Mujer de aproximadamente 55 años, cabello corto, anteojos de carey, saco mostaza)

El Padre enfurecido fue a su cuarto y aprovechando que Daniel no estaba rebuscó en todos los cajones hasta encontrar un frasco lleno de “Jade”, sus llamadas “joyas”, droga que Daniel no podía dejar desde cuarto de secundaria.

-A él le gustaba ese veneno. O sea, yo lo he probado, pero es fea esa cosa. Te idiotiza, yo prefiero mi trago…

Jasón Guerra,
vocalista

Cuando Daniel llegó a casa tuvo el decisivo encontrón con su padre.

“…Ni bien entré comenzó a gritar en japonés, como siempre que estaba molesto, yo sólo entendía algo así como que tenía que largarme. Le dije que se calmara. Se calló un momento y luego me dijo que había encontrado jade entre mis cosas y que por qué no iba a la Universidad, su última frase estaba en español: Yo Dije No Más, Yo Dije No Más…”

“…De pronto comenzó a golpearme como nunca lo había hecho antes. Con ira, no por intentar corregirme, agrediéndome…”

“…le respondí con algunos golpes, pero él estaba descargando toda la ira que acumuló desde la muerte de mamá, así que no pude hacer mucho. Pronto me vi, metido en la ducha fría y a él con su afeitadora, rapando bruscamente mi bella cabellera…”

Voz de Daniel Iwasaki
(la imagen de un cassette detrás de los subtítulos y su fotografía tamaño carnet en la lado inferior derecho)

Al parecer padre en hijo protagonizaron una violenta pelea que finalizó cuando el más viejo rapó al joven en agua helada. (Recreación de los hechos: Un hombre gordo y viejo sacudiendo a otro delgado, subyugándolo y con una máquina de afeitar en la mano)

“…fui a mi habitación y lloré desconsoladamente por media hora. Entonces se me vinotoda la rabia, regresé al baño, me vi al espejo… Él no estaba. Saqué el arma de su cajón de medias y esperé a que venga. Ni bien entró de la calle…lo maté, de dos balazos, lo maté…”
Voz de Daniel Iwasaki
(la imagen de un cassette detrás de los subtítulos y su fotografía tamaño carnet en la lado inferior derecho)

Daniel, petrificado, sin saber qué hacer intentó enterrar sólo a su padre pero en vista de su deteriorado estado físico y mental llamó al guitarrista de su banda y único amigo: Marcelo Hurtado.

-Marcelo, era la única persona que hablaba con él. Incluso, siempre que hacía una canción se la mostraba primero a Marcelo y Marcelo a nosotros…

Jasón Guerra,
vocalista

-Eran dos locos. Desde el colegio, siempre andaban juntos, por eso los molestábamos de maricones…muy amigos, muy amigos…

Nitay Valdivia,
Baterista

Nuestra Policia no perdió el tiempo y en cuestión de dos días, el Martes primero de mayo, capturaron a Marcelo Hurtado en completo estado de ebriedad, por las inmediaciones del Jirón Micaela Bastidas, a cuadra y media del Bar Cultural “Tambor de Hojalata”, cubil de todo tipo de inadaptados.

-Sí, este…, Sí, el joven no puso resistencia. Cuando le pedimos sus documentos nos los dio pacíficamente, pero, cuando nos dispusimos a arrestarlo, ya estaba totalmente dormido por su ebriedad…

Eusebio Figueroa,
policía

Marcelo despertó en la cárcel provisional de la comisaría del distrito de San Sinforiano. No tenía ida de por qué se encontraba ahí. Cuando le explicaron su delito de complicidad toda su sorpresa se transformo en pavor. Dijo que Iwasaki le había engañado diciéndole que era carne en putrefacción
(En la puerta de la comisaría, dos policías y en medio un muchacho de cabello lacio, no muy largo, cara gacha, mares de periodistas, flashes y él sin dejar de repetir: “Él me dijo que era carne podrida”, “No, no sabía nada, señorita, nada”)

Quizás no contaba con la confesión grabada por el mismo Iwasaki, en ella nos dice:

“…me vi impotente, pétreo, sin poder hacer algo. Entonces, llamé a Marcelo. Ya voy, me dijo. Cuando llegó a mi casa. Lo abrasé y llore como un niño, luego le conté lo sucedido, y me ayudó a enterrarlo…”

“…me dijo: ¿qué harás ahora?, me iré de viaje, conteste rápido. No dije dónde, aún no lo sé…”

Voz de Daniel Iwasaki
(la imagen de un cassette detrás de los subtítulos y su fotografía tamaño carnet en la lado inferior derecho)

¿Pero, por qué un muchacho de apenas 20 años pierde el deseo en la vida, comete parricidio y se suicida? ¿Fue un ser desquiciado o un “víctima” de nuestro caos?

Además de la cinta y las drogas, se encontró 20 películas pornográficas y una serie de escritos que traen a un perdido niño sin deseos ni aspiraciones, depresivo, autodestructivo.

“Podría resumir esta emoción en pena.Pero los dos sabemos que es una escandalosamediocridad lingüística encarcelar sentimientotan complejo e intenso en un par de pobres sílabas: pe-na…”

“…y aunque me angustie, sienta el aire envenenado y la posible explosión de mis globos aculares, hay cierto gozo en esto.Un placer parecido a la ebriedad,un disfrute que poco a pocose mezcla con la desesperación creandouna solución fría, pesada, pero muy volátil.Demasiado…”

Fragmentos de un poema de Iwasaki.

-Bueno, se nota una depresión hondamente calada en este joven. Maniaco-depresión, me atrevería a decir… ¡Pero se le tendría que haber tratado antes!, ahora ya es demasiado tarde…

Jorge Baluarte,
psicólogo
(Principios de calvicie, una ligera obesidad, prosodia en su habla, camisa blanca, cigarrillo)

- Es la consecuencia de un mundo podrido que sólo ha sabido atormentar al pobre joven…

Eduardo Linares,
congresista P.S.P
(En el congreso de la republica: Adulto, terno plomo, mirada candida, diente de oro, raya a la izquierda)

-Cuando el niño se aleja de Dios queda expuesto a todos los males de este mundo…Pero Dios, misericordioso, sabe por qué hace las cosas…

Pdr. Agusto Popacharma,
sacerdote
(Anciano, cara larga, nariz larga, arrugas marcadas, crucifijos, rosarios, sotana negra, lentes antiguos)


Entonces, ¿qué podemos saber de Daniel Iwasaki?

“Ahora estoy solocomo en mi nacimiento.Sólo, mil veces solocon este sufrimiento…”

“Me odiaría si pudiera,pero no, estoy roído desde dentro.Me mataría si pudiera,pero no tengo con qué hacerlo.
Mañana,dulce mañana.Mañana estaré muerto…”

Letras de “Tanatocracia”

Víctima o Culpable, ha logrado al fin que veamos por dónde va nuestro futuro: Por un sendero oscuro y tenebroso. Sólo nos queda repetir esa vieja y casi cierta frase: “La juventud es el futuro del país”. ¿Vamos a permitirnos este futuro?La solución está en sus manos.

(En la calle: Niños jugando fútbol, alegría, atardecer)
(Se oye en bajo volumen: Boys don’t cry de The Cure)
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Reportaje: Maria Elizabeth Trujillo

Cámara: Carlos Antonio Mosqueira

Edición: Jean Pierre Faget
Foto: Sachi